Por Washington
Preguntarnos acerca de la naturaleza estética del arte nos lleva inmediatamente a problematizar sobre su representación de la realidad, entendida como mímesis, incluso desde su concepción aristotélica.
Hablamos entonces de una imitación desde los rasgos más representativos de esa realidad, de analogías, de impostación de signos, conceptos que entran en permanente tensión.
Pero… ¿desde qué lugar rendir tributo a un artista? Más allá de ciertas condiciones que nos han sido dadas de antemano, tributar a un artista supone un arduo trabajo desde la otredad, una amplia capacidad de observación y un estudio minucioso de los pormenores que mejor lo retratan.
Néstor Di Mícolli supo poner en valor desde muy temprano estas condiciones naturales, explotando cada una desde el trabajo arduo y el profundo respeto -lo dejó en claro- al artista.
“Charly” Micol -tal como se lo conoce- hizo su primera presentación en el Teatro de la Ciudad de Formosa, de la mano de Circus Rock Producciones, en una imitación minuciosa de Charly García, donde no faltaron clásicos desde Sui Generis hasta su carrera solista, pasando por éxitos indiscutidos de Seru Giran. Con una energía muy particular y una entrega total al público formoseño, este experimentado actor logró emular toda la mística del maestro, rhodes y teclado en mano, incluso con alusiones al “Negro” García López, Fernando Lupano e Hilda Lizarazu, que daban vueltas por el aire.
Sus comentarios ocurrentes contrarrestaban su laconismo a la hora de interactuar con el público, dando lugar a que la música y la actuación fueran las verdaderas protagonistas de la noche, donde resonaron “No soy un extraño”, “Viernes 3 AM” y “Rasguña las piedras”, entre otros clásicos que retratan la carrera de una de las mayores figuras del rock nacional. Muy agradecido con el público formoseño, Micol hizo poner de pie a más de uno a la hora de interpretar los clásicos más resonantes de García, quienes pedían a viva voz que continuara el show, cargado de histrionismo pero desde el más absoluto respeto y cariño.
Claramente no es un improvisado. “Yendo de la cama al living” sonaba sin parar en las radios cuando decidió teñirse el bigote y adoptar cada rasgo de su ídolo en cuanta oportunidad se presentase.
Ya con más de 30 años de trayectoria y un parecido físico notable, transcurre sus días recorriendo el país brindando shows en teatros y programas de televisión. Incluso, su acercamiento a Charly le permitió ser parte del videoclip “Deberías saber por qué”, de 2009, e integrar el elenco de la película “El Último Elvis”, de 2012, que dirigió Armando Bo y fue premiada en el Festival de Cannes.
Con una gran versatilidad a la hora de imitar voces y emular gestos en determinados personajes, Néstor siempre echó mano a la actuación, lugar desde donde nutrió su capacidad de interpretar el mundo y el arte, la realidad y la ficción, cuya herramienta sobresaliente ha sido desde siempre la impostación.